sábado, 31 de diciembre de 2011

Kafka on the Shore


"Hoshino found Oshima an appealing young man. Intelligent, well groomed,
obviously from a good family. And quite kind. He's got to be gay, right? Not 
that Hoshino cared. To each his own, was his thinking. Some men talk with stones, and some sleep with other men. Go figure."


Haruki Murakami



miércoles, 28 de diciembre de 2011

Una más!....

Odio hablar por teléfono con mi papá

casi tanto como hablar en persona con él

que malo soy...

Prima tiene razón

Ella dice: "no puedo..."
no puedo dejar de decir/sentir/hacer pendejadas
pero puedo dejar de publicarlas




y yo debería de empezar a hacer lo mismo.....

que voy a hacer con vos...

y me hace caer otravez en su embudo de simplicidad insensatez y sobredosises de televisión nacional...

como?

no tengo ni la mas puta idea


Añadir leyenda
(no se me ocurrió una leyenda)




La mejor forma de ver recuerdos incomodos:

meterte a los archivos recibidos de msn...


mal muy mal

he sido un mal bloggero, ultimamente, pero la verdad es que no he tendido mucho tiempo ni para leer, aunque ayer adelante 3 capitulos de mi libro en alemán que resulto ser "la historia de Ismael y no "la cara de Ismael"

y que creen?

QUe?!

que no le entiendo ni madres, bueno pero aprendo palabras raras como el pasado de doler

tut weh = hacer dolor

wehtut = hizo dolor


ojalá todo fuera así de simple.


como "insight" de mi vida actual, que no es mucho más emocionante que la anterior. Estoy en suiza en lausanne. por dos semanas, hasta año nuevo. Me hospedo en la casa de mi buen amigo Adao quien fuera en algún momento razón de desvelo. No más.

Me llevo muy bien con su mamá y su novia y su hermana. He descubierto otra forma de vida más simple de lo que había imaginado. Con aspiraciones menos sofisticadas como las mías. Una vida simple, en una familia simple...

Que aburrido.

entre más tiempo paso aquí, más me doy cuenta que quiero todo menos una vida común frente al televisor viendo "atinale al precio version francesa".

Edgar y sus delirios de grandeza... en fin

Lausanne


La biblioteca, museo.
Palais de Rumine


que voy a hacer con mi vida?....

domingo, 18 de diciembre de 2011



siempre he querido ir a tierra de fuego. La masa continental más al sur que puede haber si no contamos la antartica. Tan al sur. Tan lejos, si existe un fin del mundo es allí. Siempre he querido ir allí, al fin del mundo, una playa rocosa, fría, silenciosa, un iceberg solitario vagabundo por allí...

Allá encontrare algo, no se que, ni por qué allí, tampoco estoy seguro de que en verdad lo encontrare, pero lo encontraré. Mí teoría se refuerza después de haber leído "kafka on the shore". Allí el tipin sexy viaja al fin del mundo, metaforicamente, por qué todo en ese libro es metaforicamenté, y... si les cuento no tiene chiste que lo lean entonces...

Descarga kafka on the shore aquí (no te contagiará virus por que es con una mac ;) )


Fue genial, no soy ningún critico literario, pero Haruki tiene un modo de hilar las historias que nos las vuelve tediosas, no ahonda más de lo necesario en la ficción, no ata todos los cabos, pero si los más importantes. Es sumamente descriptivo y eso a Edgar le encanta.


Ya salí de vacaciones y aun que no viajare al fin del mundo si iré a suiza que me gusta uberhaputlich.


que cosas no?

Cosas de los idiomas

En el futuro, el internet sera la torre de Babel invertida

todos los idiomas se mezclaran

y volveremos a hablar todos un mismo idioma....

miércoles, 14 de diciembre de 2011

palabras inolvidables de mi madre

*en mi fiesta de despedida*

oye edgar tienes muchos amigos gays



*después de mi fiesta de despedida*

Nomas no te me vallas a volver puto!



*para mis adentros*
más de uno allí opina (o ha comprobado) lo contrario...



n___n hay mamita querida si supieras...
no mejor que no sepas..



.-.


lunes, 12 de diciembre de 2011

viernes, 9 de diciembre de 2011

Vidas anónimas


Vidas anónimas


Humo. Olor de humo. Es lo primero que percibían los sentidos al entrar allí. Por encima de la música estruendosa, por encima de las platicas enfrascadas, por encima el calor y la proximidad extrema de todos hacia todos. Un bar, bajo tierra, lleno más allá de lo humanamente habitable. Y sin embargo allí estaban, todos, rodeados, juntos y sin embargo solos. Todos allí estaban allí solos, aun que fueran acompañados por alguna otra persona, o un grupo, todos estaban perdidos en una existencia que los vomitaba de bar a bar, de antro a antro, de motel a motel, de prostíbulo a prostíbulo. Apretándolos, calentándolos, moviéndolos en masas como ganado, friccionándolos y abandonándolos eventualmente, al frio de la mañana de Lunes con resaca en la oficina.

Así estaban todos, rodeados de humo, atendidos por meseros disfrazados de diablitas con cola y cuernos rojos, con faldas rojas. Masacrados por acordes mediocres de guitarra desafinada y versos vulgares. Vulgares afuera, no aquí, en este infierno de martirios autoinfligidos, de venenos autoingeridos. Aquí era la última sensación de la sección nocturna de la ciudad. Aquí era Mozart y Beethoven en uno, que recibía ovaciones al final de cada canción, luchando por causas perdidas u olvidadas, pero que aquí abajo, eran el autobhan* a la utopía. Ese era el éxito del local.

Eso o que estaba al lado de un motel, de esos en los que pagas a una computadora, sin miradas comprometedoras, sin risitas detrás del escritorio. Así estaban allí todos solos, buscando no amanecerlo tanto. Así se vieron. Y lo primero que notaron fue, que eran feos.

Para ella los años de juventud se los habían llevado sus hijos y su marido, que al final la divorcio dejándola con las deudas y llevándose los niños donde su madre. No los extraño, al menos uno no era de su ex, así que se llevó un caballo de Troya de traiciones escondidas tras los ojos cafés como los de el jefe de su marido. No amo a su esposo, menos a sus hijos que solo se llevaron su cuerpo de nadadora y sus noches de sueño, después del segundo se dio cuenta que la maternidad no era para ella. Aceptó quedarse con las deudas, no había nada que le pudieran quitar, nunca había tenido nada. Ella solo había tenido un amor, y se lo arrebato la artritis temprana que la alejo de la música para siempre. Desdé entonces su cuerpo se convirtió en un envase más bromoso que útil, apestoso y doloroso, siempre doloroso. En su juventud se inyectaba para detener su dolor, pero encontró un remedio más económico, más divertido y menos doloroso para escapar de este mundo. Así recorrió su calle, su cuadra, su vecindario, su escuela. En un momento de infortunio, por comprar malos condones y calentar a un virgen, se rompió el condón y así fue como termino 7 meses después frente del altar con un sínico vestido blanco. Más por la presión de la familia del inexperto que por la de suya. Resignada se decidió a hacer lo que las mujeres normales a su edad se dedican, hacer lonches y ver telenovelas. Para todo lo demás tenía quien le ayudara. Resignada pasaron años, durante los cuales podía darse el lujo de drogas de buena calidad con el jugoso sueldo de su marido. Durante este tiempo conoció al jefe del inútil de su marido, lo más cercano que conoció a un romance. Una pasión desenfrenada que redujo sus dosis a dos por semana. Así habría seguido el romance de telenovela, ella viviendo como la mala de la historia. De no ser que su flamante amante lo rondaba el fantasma de la pedofilia e insistió hacerlo en el cuarto de los niños “para jugar con los peluches”. Así los encontró el marido, ella con palabras dignas de burdel de puerto y el con la ropa interior del mas grande de sus hijos en la cara, aspirando su inocencia. El inútil de su marido podía soportar que lo engañaran en su cara pero, retozar en el cuarto de los niños con un pedófilo en potencia fue demasiado para él. Ella le ofreció quedarse con las deudas para que el retirara los cargos por adulterio y su jefe un oficina más arriba por los de pervertido.  Así todos salieron ganando.


Del otro lado de la escena, estaba él. Por su forma de ser, parecía más viejo de lo que en verdad era. Seguramente era diez años más joven que la adultera del párrafo anterior. Pero en el alma llevaba recorridos más kilómetros. En su vida había sido casi todo, y no había llegado ni a los treinta. Nacido en una familia rica, aplico para todas las escuelas de arte cuando llego el momento, pero ninguna lo aceptaba, hasta que la chequera de su padre ablando los criterios. No tenía talento. Y lo descubrió con sus primeros intentos de pintura. No era un Van Gogh, que su talento sería reconocido al pasar los años. No era una visión diferente. No era nada. “Sus cuadros les faltaban vida” le dijo su profesor. Se salió de la universidad, se dedico a manejar las empresas de su padre, que fue quebrando en tiempos records. Una tras otra, hasta que lo mando a Europa. Allí empezó a vivir, fue todo. Mesero, drogadicto, maestro, pintor (solo de muros), vago, músico, puto, puta, secretario, actor, buzo, mafioso, repartidor, recolector. Hasta que se enamoro,  de una turca con ascendencia japonesa e hindú, toda una extravagancia. Le enseño el chi, el yoga, la iluminación, el karma, los chacras, las vidas pasadas, las futuras, la burocracia a la hora de reencarnar y lo más importante, la absolución total del karma negativo a la entrada del nuevo milenio. El boleto en primera clase para la nueva vida, con todo y equipaje y  sin pasaporte. Lo creyó todo y le regalo su fe al nuevo milenio, a buda y a su amante sin pensarlo dos veces, como normalmente lo hacía en la vida. Se sentaron a esperar la llegada del nuevo milenio, listos con muchas buenas esperanzas y condones, ¿que pasaría si en la nueva vida también te embarazabas y no había condones? Más valía prevenir. Se sentaron a esperar  sobre de un precipicio junto al mar, a que las puertas del cielo se abrieran de par en par, para recibir con los brazos abiertos a sus rastas y axilas sudorosas.

Pero nada paso… Nada, ni coro de ángeles, luz celestial en pleno año nuevo. Solo las olas del mar golpeando contra el precipicio. Solo los murmullos y las miradas impacientes en los relojes,  que eventualmente se convirtieron en gritos de desesperanza. De dolor, de ese cuando una frágil ilusión la embiste una ola de realidad. Como de cuando te enteras de que los reyes magos no existen. Todos esperaron a gritar, a arrancarse sus amuletos y cuarzos y piedras. Gritaban para sacar su coraje de haber sido engañados por tanto tiempo, por haber dejado todo por ese día. Gritaban de coraje por qué ahora tendrían que vivir como los demás, trabajar como los demás, por qué no había salida fácil de aquella vida tediosa que los esperaba. Corrían en círculos, y nuestro joven enamorado estaba allí perplejo parado sin decir nada. Su novia corría igual que los otros. Entonces, uno de ellos callo, accidentalmente, por el precipicio, a una muerte segura. Todos quedaron perplejos, callados. Uno más grito y corrió y salto por el precipicio, la vida era demasiado miserable. La primer mujer salto. Demasiado tediosa. Uno más corrió al precipicio. Demasiado dolorosa. Dos más, tomados de la mano. Demasiado jodida. Un grito más perdido. Demasiado real, para ser vivida sin un lugar donde descansar al final, demasiado vivida, para ser vivida por ninguna razón trascendente más allá de vivir.


Nuestro joven enamorado intento aventarse también. Pero su huarache se atoro con alguna especie de rama, destinada a hacerlo tropezar y golpearse en la cabeza, perdiendo el conocimiento y perdiéndose uno de los suicidios colectivos más grandes registrados. El único sobreviviente. A la mañana siguiente, cuando en las redes de los pescadores de un pueblo cercano, empezaron a aparecer gente en lugar de pescados, se dieron a la tarea de buscar sobrevivientes. El único que encontraron estaba dormido junto a una piedra, con la cabeza abierta y solo, completamente solo.

Así lo deportaron y el padre lo desheredo y lo hecho de la casa y terminó pintando muros drogándose con solvente para tratar de olvidar a su novia suicida.

Se vieron mutuamente a los ojos. No hubo nada mágico, no desapareció el mundo, ni se pararon los relojes, ni se les ilumino la mirada. Ya no había magia en ninguno de los dos ni esperanzas por las que vivir. De lo poco que se pudieron dar cuenta fue de que no podían decir quien de los dos estaba mas chingado.

Y se acercaron viéndose fijamente a los ojos, no fue amor a primera vista, fue compasión mutua a primera vista. No había para más, no había nadie más, estaban solos en ese mar de gente sola en un mar de bares solitarios. No dijeron nada, solo se besaron, por qué cuando no queda nada por hacer, es todo lo que se puede hacer.

Así fueron al motel de maquinita de al lado y así fornicaron como si no hubiera mañana. Se contaron mutuamente sus historias. Lo miserable de sus vidas. Olvidaron decir sus nombres ¿para que? Si no eran más que vidas anónimas ¿Que más daba?


Terminaron con su vida juntos. Eutanasia reciproca, se leía en los periódicos. Los más explícitos narraban con lujo de detalle el suicidio mutuo en un motel con nombre paradisiaco. Una historia de amor, un final triste consensuado, al pie de los cuerpos desnudos sin vida, que muertos eran aun más feos.

Los transeúntes pasaban de largo, leyendo el encabezado y pensando para sus adentros “patético”. Seguían de paso y tomaban un autobús, o bebían su café, en una mañana soleada de un Lunes cualquiera.

Edgar Cruz

*Autobhan: autopistas alemanas sin limite de velocidad. 

jueves, 8 de diciembre de 2011

jueves, 1 de diciembre de 2011

pequeño

La frase más romántica que puedo decir en alemán

"Ich würde bei dir sein"

subjuntivo clase II con objeto dativo



"Yo quisiera estar contigo"




Tic toc

te haz dado cuenta que hay veces que el tiempo como que pasa...
y pues, se va
y así se queda
...

si es cierto tienes razón