Las estatuas no extrañan.... ¿?

Hoy me dieron ganas de extrañarte... Como cuando te dan ganas de dormir o de llorar. Lo detienes, te lo guardas, tratas de ignorarlo, de seguir sin hacerlo. Se va, regresa. Se te cierran los ojos, se te hace un nudo en la garganta, o, como en este caso, se te escapan los suspiros, se te extravía la mirada y el pensamiento. Es inevitable el momento de debilidad, en el que no puedes seguir fingiendo.... Y tienes que ceder, todo cede, sigue, acaba, continua, nace y muere.

Me dieron ganas de extrañarte, de llamarte, de solo verte, oírte decir cualquier tontería, reírte a carcajadas de mi sarcasmo, sonreírte y decirte "si... Como no". De oír tu silencio, de verte callar, de que me veas como solo a mi me ves (creo... Espero). De que me molestaras con cualquier comentario, de caminar cada quien en una acera distinta, de ver el sol caer, de ir al cine, de huir de la realidad, de mentarle la madre a la humanidad, de decirte mis delirios de grandeza, de que me cuentes tus penas cotidianizadas. De que cantes la canción, de rozarte sin querer, de verte de reojo, de ignorarte, de escucharte....

Me dieron ganas de extrañarte, es cierto, pero no quiere decir que lo valla a hacer, no se por cuanto tiempo me lo negare, se que al final voy a caer pero no estarás tu allí para verlo. Jamás me veras caer, aunque lo haga todos los días. Jamás lo veras, así como jamás volteas a la otra acera...

Las estatuas no extrañan...